martes, agosto 28, 2007

citadina



Derrepente en la ciudad te topas con mil colores, derrepente te topas con mil olores y sabores, pero la verdad pocas veces realmente vemos, olemos y saboreamos. Escuchamos diariamente los sonidos, pero no siempre nos detenemos a escuchar realemente, además por lo general mi compañía musical apaga todos los demás sonidos externos. En mi mente los sonidos de mi bello centro se habían fucionado en uno solo, el "sonido del centro" del cual podría distinguir un sin fin de sonidos distintos, sirenas de ambulancias, bomberos y carabineros; maletines rozando el contaminado aire de santiago, porque de verdad que suenan; tacos de todos los tipos, marcando el apurado aveces, y otras lento andar de las mujeres y de los que se las dan de mujeres; maestros de la construcción elevando edificios y mas edificios que nadie sabe donde los meten pero estan; gritos, esos que hacemos como que no escuchamos; relojes, muchos relojes; puertas, mil puertas abriendose y cerrandose, de todo tipo de puertas, esas que son caballeros y se abren solas, las mas viejitas que cuestan, las que giran, las que esperan a ser abiertas; para que hablar de los autos, micros, taxis, bicicletas que son las menos que conforman digamos como el 50% de todos los sonidos sino más, mucho más; en fin, pero para mi es solo uno, es algo así como la respiración del centro y entre tanto sonido olvidaba a veces el silencio, cuando el centro duerme y yo no, y entre tantos colores olvidaba un poco como se veía cada uno, y entre tantos olores olvido a veces un poco ese olor, el olor a piel.

domingo, agosto 12, 2007

tiempo

lo que dura y no madura

estoy verde, la cagué pero muy verde
deberia ya estar mas madurita
pero como que tampoco quiero
hajaja
aun no caigo del arbol
hjaajj