jueves, abril 19, 2012

Ya no me da miedo decir publicamente que tengo pena, que me muero a veces de la depresión, que puedo quedarme en cama un día entero, solamente porque no soy capaz de mover mi culo hasta la ducha. Antes me importaba, antes era como imposible, antes era disimular siempre que estas super bien; pero ya no me importa. No tengo miedo de aceptar que a veces a pesar de todos los esfuerzos, simplemente no soy capaz, y no tengo miedo de aceptar que soy capaz de abandonar todo tan sólo por que quiero, porque asi me siento mejor. No temo decir que dormí un día entero,  es mí día,  mío eterna y completamente mío, si quiero morir, si quiero vivir, si quiero pausarme, suspenderme, prostituirme al vicio del placer o lo que sea. Antes era como aparentar que mí día tenía sentido y era importante, y lo aprovechaba: carpe diem; pues sí, a veces, pero otras muchas simplemente no. La presión de tener que SER podría llegar a destruir a cualquiera, o quizá solamente a mí, quizá mi debilidad determina esta faceta.
Hay que tener valor para ser feliz, mucho, y hay días en que despierto siendo tan valiente, y me lanzo a vivir la felicidad cueste lo que cueste y puedo agotar mis energías de semanas en uno sólo. Pasa que después mi cuerpo me cobra esa valentía, mi mente no soporta a veces tanta presión, tanta animosidad y me baja, y me baja tanto que prefiero dormir. Si es o no normal, para mí lo es completamente. Aunque no sea necesario, aunque nadie quiera saber qué hago con mi día, sepan que lo he "malgastado".
En mi cabeza están desde y para siempre las preocupaciones humanas y sobrehumanas, tratando de ser resueltas tratando de despertar, como en las cabezas de todos, como en las mentes de todos, como en las almas de todos, tratando de ser esa pequeña parte iluminada del universo oscuro. Pero sí significa muchas veces deprimir tu cuerpo, deprimir tu estado a ese nirvana en el que no eres parte de la materia casi, si comes despiertas, si respiras muy rápido despiertas, y a veces no quiero despertar, porque estoy deprimiéndome.
a veces me deprimo, sucede y permanezco simplemente contemplando ese estado que me trae sensaciones impensables, descriptibles en sueños, en largos sueños. Lo acepto de la manera más obediente que tengo.