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Lo que duele, lo que hiere, lo que marca, lo que mancha, lo que te hacer reir, lo que cambia y lo que no, lo que impulsa, que te abuena con el mundo y que te levanta...todo eso, todo absolutamente todo, vale la pena...

asi que habiendo pasado la ola de amargura, la etapa es optimismo:) cuando todas las cosas tienen un sentido en mi vida, cuando lo que parecía completamente inservible es una oportunidad de aprender y seguir.

Es rico estar optimista porque nada me baja, ni aquellas cosas que regularmente me harian quedarme en la casa por una semana.

Es más, el otro dia un viejo amigo me dijo algo que me puso re mal en ese momento, tiré un par de lagrimones y nos fuimos a tomar un cafe con sopaipillas a la feria Santa Lucia a reirnos un rato de las cosas nuevas y de las no tanto, se me habia pasado, porque cuando ando optimista no vale la pena bajonearse por nada, nada es tan importante como para hacerte perder los lindos posibles momentos.