lunes, octubre 11, 2010

filosofía doméstica

En cuanto al asunto del incesante ser de los potes, deberíamos primero aclarar que la cuestión que no ha sido dividida jamás en un espacio perfecto de tiempo, podría quizá encontrar un espectro de objetos unidos en un conjunto, sin ser percibidos realmente por el ánimo de una persona. Aclarado lo anterior, quizá podremos ilogitizar un concepto clave, para despejar toda razonable duda respecto del lugar espacial que ocupan tapas de aquellos potes que no cesan de ser, o viceversa, ya que tapa o pote son una misma cosa. Si bien no hay lugar que sea, al contrario de no ser, pero en su mismo lugar, por definición EL lugar, donde se encuentran los potes y las tapas, si podríamos decir o hablar de, la existencia del evento del encuentro, ya sea el espacio testigo o no de aquello. Si no se escucha, por tanto, ni percibe por medio alguno la penetrante verdad de la existencia de, que igualmente podría ser no existencia, un pote vacío y una tapa sin un pote, podría jamás producirse el evento y podría jamás existir el lugar. Con todo, podríamos entonces concluir, que no hay lugar alguno sino solo el evento del encuentro. Si las tapas se encuentran por tanto con los potes, la belleza del momento será siempre y únicamente finita eternidad. De no producirse el evento esperado en que tiempo y espacio divididos se unen, es cuando podremos decirles perdidos, jamás y siempre estarán siendo en ese instante el todo.

1 comentario:

Nati dijo...

veamonos, conversemos :)
te he extrañado.
te quiero mucho mucho