miércoles, octubre 04, 2017

a la señal de morir

se le suma una cruz de madera gruesa, enorme que se levanta firme sobre la casa de mi abuela, y con enorme me refiero a grande como un cerro, entremedio de la vegetación, en la oscuridad de la noche veo a mi madre, que me invita a subir (me invita? me obliga? va conmigo? voy sola?), y la cruz es a la vez la montaña y el camino que une dos tiempos, dos luagares... miro hacia arriba y una neblina talquina me impide ver la punta de la cruz. Me cuesta distinguir las formas, no veo mucho más que la cruz y la neblina, el resto lo adivino o lo siento, tengo esa sensación de estar en el terreno de mi abuela, quizá la pared y una silueta de vegetación es el indicio mas claro, pero finalmente cómo sabemos lo que en sueños sabemos? la mujer que me invita podría haber sido otra? yo siento que era mi madre, la punta de la cruz podría haberme llevado a otro lugar? yo siento que era Talca, cuánto era imagen y cuánto sólo sensaciones y sentimientos?

Antes (otra noche) supe que moriría pronto, esa misma noche, (porque muero tanto en mis sueños?) la Pauli dormía a mi lado, en la que era mi cama de infancia, y el lugar era una mezcla de hogares. Cuando desperté a ese sueño y supe que estaba muriendo me sentí tranquila, pero después pensé en mi hermana, que iba a encontrarme en la mañana muerta a su lado. Me levanto y camino lento hacia la ventana, la noche era veraniega, iluminada por una luna y una delgada cortina blanca transparente se dejaba mover por una mínima brisa. Voy al encuentro de mi guía, un ser que me acompaña en el proceso de morir, nos vemos en una esquina imaginaria, no veo su rostro y me muestra una procesión de gente, familiares que nunca más vi, caminan lento por la calle Concepción, entre ellos los abuelos paternos, algunos llevan velas. Cuando los veo pienso en su muerte y en la mía, que en mi sueño era primero que la de ellos.

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